¿El PAN con la 4T? ¡Sálvese quien pueda!

¿El PAN con la 4T? ¡Sálvese quien pueda!

Por KUKULKÁN

SÍ, LEYÓ usted bien: el Partido Acción Nacional —ese que juraba que con Morena venía el Apocalipsis, el comunismo y hasta el regreso del castrismo versión tropical— decidió acompañar la Estrategia Nacional de Seguridad Pública 2024-2030 propuesta por el gobierno de Claudia Sheinbaum. ¿Un error en Matrix? ¿Un desliz semántico? ¿O acaso el inicio de una era donde los opositores ya no sólo se dedican a gritar “¡ahí viene el coco!” desde la tribuna?

LO MÁS intrigante no fue sólo el respaldo —eso ya es suficientemente insólito—, sino quién fue el vocero de esta inesperada civilidad: Francisco Ramírez Acuña, sí, el mismo ex gobernador de Jalisco de verbo pausado, modales calculados y experiencia en las lides del poder real. Ni Ricardo Anaya con sus arengas maratonistas desde el exilio fiscal, ni Marko Cortés con su tono de anuncio de megamarcha, ni mucho menos las nuevas generaciones panistas que confunden debate parlamentario con un hilo incendiario en Twitter.

NO, ESTA vez la vocería no se le dio a los muchachos del apocalipsis, sino al viejo zorro del centro-derecha institucional. Ramírez Acuña, con su estilo mesurado, se quitó el casco azul del PAN beligerante y se puso el traje gris del político que, por fin, entiende que no se puede construir país a base de pataleos.

La cruzada contra la burocracia: otra batalla perdida antes de empezar
Por KUKULKÁN ¿HAN escuchado la buena nueva? En un acto de heroísmo legislativo sin precedentes (bueno, sin precedentes recientes), los honorables senadores de la República —que todo lo hacen por el bien del pueblo, faltaba más— se han dignado a recibir la flamante minuta para crear la Ley Nacional para

“APOYAMOS, pero no damos cheque en blanco”, dijo. Traducido del politiqués: nos cansamos de hacer berrinche y ahora queremos estar en la mesa… aunque con un ojo en el plato y otro en la caja registradora del control parlamentario. Porque el PAN acompañó, sí, pero dejó claro que estará con la lupa en mano, el archivo en la otra y la crítica lista en la garganta por si las cosas no salen como se prometen.

LO CIERTO es que por primera vez en años, la seguridad dejó de ser una guerra de trincheras y se convirtió en una causa compartida. El Senado, en un raro episodio de consenso, aprobó con 105 votos a favor la estrategia que —por lo menos en el papel— busca consolidar la Guardia Nacional, profesionalizar la inteligencia, coordinar al Gabinete de Seguridad y, noble ambición, atacar las causas de la violencia.

DESDE el Partido Verde, Luis Armando Melgar aplaudió el fin de los “abrazos, no balazos” y celebró una estrategia “integral, moderna y profundamente transformadora”. Desde el PT, pidieron más atención a las causas sociales. Y Movimiento Ciudadano, fiel a su costumbre de jugar al incómodo ilustrado, reconoció el método, pero reclamó que la estrategia aún no toca temas como los desaparecidos.

VOLVAMOS al PAN, porque ahí está la víbora. El respaldo de Ramírez Acuña no fue gratuito. Hizo su inventario de horrores —extorsión, cobro de piso, trata, asesinatos, y complicidad de autoridades— y recordó que la estrategia también debe tocar tierra en los municipios, las policías locales y las fiscalías estatales, no sólo en el discurso federal. Lo curioso fue ver cómo esa postura de madurez no fue compartida por todos. Lili Téllez, fiel a su marca personal de “yo y mis ocurrencias”, prefirió desmarcarse y criticar la estrategia desde la trinchera individualista. Porque si no hay reflectores, no hay foto; y si no hay drama, no hay discurso.

LA POLÍTICA mexicana es una tragicomedia por entregas, y esta semana nos dejó una escena digna de archivo: la oposición vestida de institucionalidad, el oficialismo tendiendo puentes y los extremos (de ambos lados) mascando chicle con furia porque no hubo espectáculo. ¿Durará este nuevo idilio entre el PAN y el Gobierno? Imposible saberlo. Pero mientras tanto, la víbora levanta la ceja, porque cuando los viejos lobos del Congreso comienzan a moverse, es porque algo más grande se está cocinando.

@Nido_DeViboras

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