El regalo póstumo: los audios que podrían enterrar a Zedillo

Por KUKULKÁN
CUANDO uno cree haberlo visto todo en la tragicomedia política mexicana, reaparece Ernesto Zedillo —el mismo que firmaba decretos de impunidad con pluma de oro— para vestirse de paladín de la democracia y acusar al actual régimen de “autoritarismo”. ¡Qué ironía! El mismísimo Zedillo, autor de joyas históricas como las matanzas de Aguas Blancas, Acteal, El Charco y El Bosque, ahora pretende darnos clases de civilidad política. Sólo le faltó llegar sobre lomo de burro blanco con corona de laurel.
LA PRESIDENTA Claudia Sheinbaum, con la precisión quirúrgica de quien guarda los expedientes completos bajo el escritorio, no tardó en recordarle al país quién es realmente Ernesto Zedillo. ¿Se le olvidó a don Ernesto su bautizo en el arte de la represión sangrienta? ¿O la creación del FOBAPROA, esa estafa legalizada que convirtió las deudas de banqueros en la pesada cruz fiscal que todavía cargamos los mexicanos?

¡AH, PERO eso no es todo! Porque si Zedillo quiere hablar de autoritarismo, sería bueno que nos explicara su reforma exprés a la Suprema Corte en 1995, donde desapareció a los ministros incómodos con un simple “quítese usted” para instalar a los juristas a modo del entonces joven PRI-PAN, ese monstruo bicéfalo que siempre supo cómo manipular la democracia como quien cambia de corbata.
Y COMO en todo buen drama mexicano, no podía faltar el regreso de fantasmas del pasado. César Gutiérrez Priego, hijo del general José de Jesús Gutiérrez Rebollo —sí, el mismo general que capturó a Amado Carrillo, pero terminó en la cárcel mientras el narco se paseaba en jets privados—, anunció que revelará audios explosivos. Según él, la esposa de Zedillo conversaba amenamente con líderes del narcotráfico en los años gloriosos de su sexenio. ¿Qué tan irónica sería la historia si el nuevo paladín de la moralidad resultara tener más nexos con el narco que los propios acusados?
EN SU MENSAJE, Gutiérrez Priego no sólo denuncia haber sido secuestrado y torturado a los 20 años junto a su familia, sino que también promete sacar a la luz grabaciones inéditas que pondrán los pelos de punta a más de uno. Audios que, de confirmarse auténticos, no sólo acabarían con el déjà vu zedillista, sino que podrían hundirlo más rápido que el Titanic tras chocar con el iceberg de su propio cinismo.
MIENTRAS los medios de la comentocracia se desviven por amplificar la voz de Zedillo, el #SupremoPueblo —como lo llama Gutiérrez Priego— afila las lanzas digitales para exigir que se destape toda la cloaca. Porque, si hablamos de elecciones manipuladas, rescates bancarios vergonzosos y represión oficial, el currículum de Zedillo es más robusto que el de muchos dictadores de segunda categoría. Así que, antes de volver a pontificar sobre democracia y justicia, sería conveniente que el ex presidente revise sus propios pecados políticos. No vaya siendo que, al querer señalar la paja en el ojo ajeno, termine tropezando con la viga podrida que lleva sobre los hombros.
EL ESCENARIO está servido: audios, acusaciones, memorias ensangrentadas y un pueblo cada vez menos dispuesto a olvidar. De aquí al próximo capítulo de esta tragicomedia nacional, sólo falta ver si los “valientes” medios tradicionales se atreven a publicar lo que saben… o si, como tantas veces, optarán por hacerse de la vista gorda mientras los verdaderos culpables siguen dando sermones sobre democracia desde la comodidad de sus mansiones.