La tibieza institucional: el INE como árbitro que llega tarde al partido

Por KUKULKÁN
DICEN que más vale tarde que nunca, pero cuando se trata del Instituto Nacional Electoral (INE), parece que su lema es “lento pero inseguro”. Ahora resulta que, en lugar de filtrar a tiempo a los impresentables que buscan convertirse en juzgadores, el árbitro electoral se sienta a revisar expedientes con un café en la mano y una alarma para el 13 de junio... dos semanas después de la elección.
ASÍ ES, queridos víboras, estamos hablando de los candidatos con cola criminal que les pisen: violentadores, deudores alimentarios, y uno que otro con vínculos que harían sonrojar a Tony Montana. Pero, eh, tranquilos todos, que el INE ya recibió 12 denuncias y promete investigar. ¿Antes de las elecciones? No, no, ¡qué falta de cortesía política sería esa! Mejor que votemos primero y luego, si acaso, vemos si no debieron estar en la boleta.
PORQUE claro, ¿qué más da que tengamos magistrados, jueces y ministros con sentencias por violencia familiar, delitos sexuales o deudas alimentarias? Al parecer, mientras no haya una sentencia firme en papel membretado con tinta indeleble y aprobado por los dioses del Olimpo judicial, cualquier patán puede registrarse. ¡Viva la democracia y el acceso equitativo al poder... incluso para los agresores!

LA JOYA de la corona es el artículo 38 constitucional, ese que dice que quienes tengan orden de aprehensión o sentencia por delitos graves pierden sus derechos políticos. En teoría, una maravilla. En la práctica, un adorno jurídico más, como esos diplomas que los corruptos cuelgan en sus oficinas. Y mientras tanto, el INE se pone creativo: pidió a los 3,398 candidatos una cartita donde juran por Snoopy que no han incurrido en ninguno de esos “supuestos”.
TAMBIÉN deben subir su certificado de no deudor alimentario, siempre y cuando su estado cuente con un registro que funcione. ¿Y si no lo hay? No pasa nada, se lo pueden pedir al hada madrina o al registro local. Lo importante es aparentar que todo está bajo control. Lo más indignante es que los consejeros, en lugar de ponerse firmes, flexibilizaron los plazos. Las denuncias seguirán llegando después del 1 de junio, pero la Comisión de Igualdad de Género y No Discriminación revisará el asunto hasta el 13 de junio.
Y SERÁ hasta el 15 que el Consejo General declarará la validez o no de los triunfos, es decir, podrían ganar, tomar protesta y luego, quizás, si no es mucha molestia, despojarlos del triunfo. Lo lógico sería que estos perfiles ni siquiera aparecieran en la contienda. Que el INE ejerciera su función de guardián de la democracia y no de notario que sólo da fe de lo que pasó. Pero no, el árbitro apenas va sacando las tarjetas cuando el partido ya terminó y la afición se fue del estadio.
EL PROTOCOLO establece que se pedirá a las autoridades información sobre las sentencias en menos de 48 horas. También habrá un plazo de tres días para que los angelitos respondan y presenten pruebas. Todo muy burocrático, muy civilizado, muy legalito. Pero profundamente tardío y cómplice por omisión.
LA TIBIEZA del INE no sólo normaliza la presencia de perfiles indignos en la contienda; también lanza el mensaje de que la justicia electoral es un trámite opcional. Que se puede patear la ética mientras cumplas con los requisitos... aunque sea con documentos simulados.
EN TRES semanas, los ciudadanos decidirán con su voto. Pero el verdadero juicio vendrá después, cuando sepamos si elegimos a representantes del pueblo o a depredadores con fuero. Y mientras tanto, el INE sigue sirviendo café, tomando notas, y evitando hacer lo que realmente le toca: poner orden antes de que la basura llegue a las urnas.