Morena, la casa del pueblo... y de sus ex enemigos

Morena, la casa del pueblo... y de sus ex enemigos

Por KUKULKÁN

DECÍAN que el cambio verdadero llegaría con la cuarta transformación, pero lo que llegó fue una verdadera caravana de arrepentidos, reciclados y conversos. Morena, ese partido que prometía limpiar la casa, terminó pareciéndose más a una bodega de saldos políticos donde todo se remata y nadie pregunta por el historial. Y es que si algo tuvo claro desde su origen el Movimiento de Regeneración Nacional, fue que la puerta debía estar tan abierta que hasta los fantasmas del PRI y PAN pudieran entrar sin tocar.

Y VAYA que entraron. Entraron en bola, con maletas llenas de expedientes, promesas de lealtad y una vieja libreta con los nombres de sus operadores. Porque sí, Morena arrasó con las bases y las estructuras de los partidos del “viejo régimen”, pero olvidó un pequeño detalle: cambiarles el chip a quienes llegaron con la camiseta del nuevo equipo, pero las mañas del pasado. Y es que donde antes reportaban todo al tricolor o al blanquiazul, hoy sólo le cambiaron el nombre del jefe en el WhatsApp.

BASTA ver que en los estados, los priistas de ayer son los morenistas de hoy. No por conversión ideológica, sino por simple y llano instinto de supervivencia. Al fin y al cabo, el poder no se mendiga, se negocia. Y si Morena les dio techo, nómina y fuero, ellos pusieron a disposición sus viejas artes: el acarreo, la simulación, la operación de programas sociales como botín político y, por supuesto, la eterna sonrisa hipócrita para la foto.

¿Nobel de la Paz… o medalla al cinismo internacional?
Por KUKULKÁN QUE no nos sorprenda si un día el Nobel de la Paz lo ganan Rambo, Darth Vader o cualquier CEO de una empresa de armas. Porque lo de la paz, en el mundo de los galardones globales, ya parece más una ocurrencia de marketing que un ideal universal.

PERO ahora, los morenistas “de cepa”, los que sí creyeron en la transformación como un acto casi espiritual, han decidido pasar la escoba. Cansados de ver cómo los de siempre se suben al barco del cambio sólo para seguir remando en la misma dirección de siempre, han puesto candados, filtros éticos, y hasta una Comisión Evaluadora de Incorporaciones —que suena más a casting de reality que a ejercicio de moral partidista— para evitar que sigan colándose los ex de todos los partidos.

COMO dijo la presidenta del partido, María Luisa Alcalde, “hay sumas que restan”. Y vaya que restan. Ahí está Lilly Téllez, quien usó la plataforma de Morena para llegar al Senado, y no tardó ni dos años en volverse la francotiradora favorita del PAN. Desde su escaño ha disparado contra la 4T con más intensidad que muchos panistas de carrera. Una joya del reciclaje político. Y qué decir de Sergio Mayer. Actor de telenovela, exdiputado plurinominal, presidente de la Comisión de Cultura (aunque confundía a Octavio Paz con Paulo Coelho), y ahora se ha vuelto a colar a una de las curules plurinominales en la Cámara de Diputados, desde donde ha votado con Morena, luego se quejó de Morena, y luego volvió con Morena. ¿Lealtad? No. Talento para la sobrevivencia política, sí.

OTRO caso bochornoso es el de Miguel Ángel Yunes Márquez, exsenador panista, que intentó meterse a Morena como quien cambia de equipo en plena temporada. Lo frenaron justo a tiempo, pero el intento bastó para confirmar que las líneas ideológicas en México son más flexibles que el reglamento de tránsito en campaña. Y siguen: Alejandra del Moral, exPRI, ahora en el gabinete de Sheinbaum; Adrián Rubalcava, también exPRI, al mando del Metro capitalino; Marybel Villegas, que ha pasado por todos los partidos como turista política; Shamir Fernández, que apenas renunció al PRI y ya estaba con camiseta guinda; y Eva Cadena, famosa por sus sobres amarillos y su breve paso por la bancada morenista.

¿RESULTADO? Un partido donde conviven la izquierda de cartón, la derecha arrepentida, el oportunismo profesional y la militancia que aún cree que la transformación se hace con principios y no con adhesiones interesadas. Por eso ahora Morena, ese partido que comenzó con puertas abiertas como iglesia en fiesta patronal, ha decidido cerrar el portón, revisar mochilas y exigir confesión ideológica. No por purismo, sino porque, como bien saben ya, algunas sumas no sólo restan, también intoxican.

@Nido_DeViboras

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